- Ni una superarma, ni ejércitos de clones, mucho menos Darth Vader. El arma más poderosa del Imperio no es otra que la propaganda.
- Con tanto poder, controlar a las masas no es una tarea demasiado complicada. Esto es gracias a las mentiras del Imperio manipulando las noticias de los eventos ocurridos.
Desde el inicio de la saga Skywalker, el Emperador Palpatine tenía en claro que no podía enfrentarse a la Orden Jedi de forma directa ni mucho menos destruirla por sí mismo. ¿Cuál fue el arma más poderosa del imperio contra los rebeldes?
Lo cierto es que Mace Windu fue uno de los pocos que estuvo a punto de eliminar a Palpatine en La venganza de los Sith y la rebelión se volvió en una amenaza real cuando la Estrella de la Muerte es destruida en Una nueva esperanza.
Si bien Darth Vader era poderoso, seguía siendo un solo hombre y la mayoría de los recursos del Imperio se invertían en armas poderosas y Stormtroppers que no servían para mucho.
Sin embargo, en un apartado el Emperador fue mucho más que los rebeldes ¿De qué apartado o área estamos hablando? El de las “noticias falsas” y la distorsión de información esta siempre fue el arma más poderosa del Imperio contra los Rebeldes. Lo que logro generar que la mayoría de la galaxia confiara en el Imperio y puso a todos contra los rebeldes que luchaban para liberarla. Algo que inicio prácticamente desde aquella orden 66.
Palpatine y el arma más poderosa del Imperio contra los Rebeldes
A la hora de crear al personaje de Palpatine, la idea es que fuera un reflejo a los fascistas del mundo real. Algo que se captó excelente, ya que todas sus ideas coincidían con la forma de pensar de las dictaduras totalitarias. Esto es algo que podemos ver desde las Guerras Clon, una crisis que el mismo fabrico para justificar un ejército enorme y un poder ejecutivo sin precedentes.
A su vez les proporciono un enemigo contra quien lugar, algo que es clave en cualquier clase de régimen fascista, un giro que sigue desde los separatistas hasta la Rebelión.
Todo esto fue posible en gran medida gracias a la publicidad o propaganda manipulada para venderle a la galaxia que el Imperio era la salvación. Algo que la precuela dio por sentado y que vemos alguna que otra indirecta en Star Wars: The Bad Batch.
Teniendo en cuenta que los ciudadanos no pueden viajar fuera del mundo sin una autorización. Se ven obligados a confiar en las autoridades locales y las noticias para enterarse de lo que ocurre en la galaxia. Algo que, dentro de todo, es muy fácil de manipular.
Clone Fiorce 99 se termina dando cuenta de esto en el episodio 2 de la primera temporada de The Bad Batch cuando intenta ayudar a sus amigos a escapar de los Imperiales. Esto le da la libertad al Emperador de decir cualquier verdad que crea conveniente para manipular a las masas.
Entre estas mentiras, se incluye la supuesta traición de los Caballeros Jedi y la necesidad de un registro intergaláctico. Debido a los eventos de la trilogía original, el Imperio tuvo 20 años para perfeccionar y expandir su propaganda.
Esto es algo que podemos ver en la trilogía original, especialmente en los escondites que elige la Rebelión en mundos distantes del Borde Exterior como Yavin y Hoth. Lugares en donde apenas si existe alguna que otra población y no corre demasiada información al respecto.
La fuerza de la propaganda
Sin embargo, la verdadera fuerza de la máquina de propaganda del Imperio no se siente de verdad hasta que el mismo Palpatine es eliminado al final de El retorno del Jedi. En El despertar de la fuerza con el Imperio destrozado hace tiempo, la Guerra Civil Galáctica no termino con la Batalla de Endor.
En cambio, el Imperio logro permanecer un año más hasta la Batalla de Jkku cuando la Rebelión finalmente termina dando punto final al conflicto. Durante este tiempo el Gobierno Imperial seguía dando información falsa sobre las victorias de los Rebeldes e intentando encubrir todo.
Como podemos leer en el texto de apertura de Shattered Empire #2 “La noticia de la victoria rebelde se extendió por varios sectores, en otros únicamente quedan las noticias autorizadas por el Imperio, demasiada propaganda de terror que fue de una forma de vida que muchos solo pueden recordar”.
